La importante labor que desempeñan los Perros-Guía para las personas invidentes es admirable. Como de admirar también es el esfuerzo de todas las personas implicadas en su proceso de formación. Detrás de cada uno de estos admirados héroes caninos, hay un gran trabajo de selección, socialización y adiestramiento, realizado por centros especializados, instructores y familias educadoras. Todo este trabajo que no se ve, puede ser apoyado por nosotros, los ciudadanos que todos los días nos cruzaremos con ellos en el metro, banco o en una calle de nuestra ciudad.
¿Como podemos ayudar y apoyar en esta gran labor?
La Fundación ONCE del Perro-Guía, tiene redactado una serie de pautas en su web que son muy fáciles de comprender y son de gran ayuda en el caso de tener un encuentro con una persona invidente y su Perro-Guía.
DECÁLOGO DEL COMPORTAMIENTO CIUDADANO ANTE LA PRESENCIA DE UN PERRO-GUÍA
– No me des de comer ni me llames cuando estoy trabajando. Los silbidos me distraen.
– Si quieres saludarme pregunta primero a la persona.
– No dejes tu perro suelto cerca de mi. Intenta controlarle.
– Para dar una indicación a mi dueño, no tires de la correa ni me agarres del arnés.
– Recuerda que soy los ojos de una persona. No impidas mi paso a los establecimientos ni transportes. La ley me ampara.
– No me tengas miedo. Ni soy agresivo ni transmito enfermedades.
– Si cuando vas conduciendo ves que intento cruzar, ten precaución y para a una distancia suficiente para no asustarme.
– Facilítame una ubicación cómoda en los transportes públicos.
– Somos perros limpios. El pipí y las cacas siempre lejos de las aceras en los lugares adecuados.
– Si estoy trabajando, vendiendo el cupón… ¡Cómprame uno… o dos!
Gracias a la gran labor social de ONCE más de mil perros guía conducen a personas ciegas por nuestras calles de forma más segura y autónoma.