Rocío Colomer es directora de CENLA, un centro especializado creado para la cría, residencia, educación y asistencia del perro. Inscrito como núcleo zoológico de ámbito nacional reconocido nº 5877, nuestro equipo de profesionales y colaboradores, la rigurosa selección de reproductores y unas amplias y modernas instalaciones hacen de CENLA el lugar propio para la cría del Labrador Retriever, raza a la que admiramos por ser “inteligente, entusiasta y dócil, con una fuerte voluntad por complacer”, según reza literalmente el estándar de la Sociedad Canina Inglesa (Kennel Club).
EL LABRADOR COMO PERRO DE FAMILIA
El Labrador retriever fue seleccionado como perro de cobro de caza en Gran Bretaña. Este dato nos indica el cuidado que, desde sus orígenes, se ha puesto en seleccionar el temperamento estable y equilibrado propio de los perros de cobro
Probablemente esta característica haya sido esencial para llegar a ser considerado actualmente uno de los mejores perros de familia.Y es que, como bien describe su estándar, es “perro de buen temperamento, compañero fiel, capaz de adaptarse a todo” y su temperamento es descrito como “inteligente, entusiasta y dócil, con una fuerte voluntad de complacer. De naturaleza amable, sin trazas de agresividad o de timidez excesiva”. Por lo tanto podemos afirmar que un buen ejemplar de Labrador, aquél que sigue el estándar de la raza, poseerá también todas estas características y por lo tanto, será un excelente perro de familia.
Es importante remarcar en este punto, que es necesaria una cría selecta y minuciosa del Labrador para conseguir obtener en él todo este conjunto de características. Un Labrador criado en un ambiente correcto, que haya permanecido el tiempo suficiente con su madre y hermanos de camada, que haya vivido el período de socialización necesario para todo animal doméstico y que, además, proceda de unos excelentes progenitores, se convertirá en un magnífico perro de familia.
Gracias a su buen temperamento y su inteligencia, aprenderá pronto a habituarse a la vida y normas de la familia. Siendo un perro que se adapta a todo, a pesar de ser un perro de campo, se adaptará perfectamente a la vida en la ciudad (siempre y cuando le demos las sesiones de ejercicio que merece). Y gracias a su lealtad al amo y su fuerte deseo de complacer, será feliz al lado de su familia y les hará felices a ellos.
El Labrador es un perro que adora compartir tiempo con su familia, le encanta correr y jugar en el parque, pero, a su vez, sabe adaptarse a los momentos de tranquilidad dentro de la casa y sentarse al lado del sillón, disfrutando de la compañía.
No es un perro “faldero”, es un perro de gran personalidad, pero dócil, al que le encantan los niños y jugar con ellos. De todos modos no debemos olvidar que un Labrador no nace sabiendo, y que para sacar todo el potencial que tiene debemos darle una adecuada educación, dándole la oportunidad de que, siempre con refuerzos positivos (premios), comprenda cómo debe comportarse.
Quizá éste sea uno de los puntos clave en el Labrador, debemos proporcionarle una correcta educación, para así darle la oportunidad de mostrarnos lo buen perro que puede llegar a ser, a este respecto es muy recomendable seguir el asesoramiento de un buen profesional de la educación canina.
Rocío Colomer.
Directora de CENLA