Ramiro tuvo que recorrer miles de kilómetros para descubrir que su verdadera vocación estaba en casa, junto a los suyos. Y es que hasta hace sólo dos años se ganaba la vida conduciendo un camión.
«Me vi obligado a reconvertirme como muchos españoles por culpa de la crisis. Quisieron que me pasase a transportista internacional. Pero dije que no, la familia es lo primero». Y así fue cómo nuestro vecino de Burjassot cambió el volante por unas tijeras y se convirtió en peluquero canino.
Bueno, más bien rescató una pasión por los animales que jamás había perdido del todo y la transformó, con Che que gos(marcando tendencia valencianista), en su oficio. Años antes de abrir la peluquería, Ramiro se sacó el título de educador canino, título al que ahora también acompaña el de peluquero.
«Siempre me han encantado los animales. De hecho, en casa tengo cuatro perros(tres yorkshire y un bichón francés), doshurones y un yaco de cola roja (el loro parlante de toda la vida)», nos explicó con una dulzura que sólo los que tienen mascotas pueden comprender.
La misma dulzura con la que trata a sus peludos clientes. Si no, que se lo pregunten a Paty, una pequeña Shih Tzu a la que conocimos en Che que gos, que con sólo nueve meses recibió un tratamiento digno de una reina.
Lavado y secado, corte de pelo y peinado a la última moda canina y una mascarilla con crema de karité por sólo 25 euros.
Es muy importante utilizar siempre productos de alta calidad. «Hay una leyenda urbana que dice que no es bueno lavar mucho a los animales, pero lo recomendable es al menos una vez al mes. Y, si usas buenos productos, incluso puedes hacerlo todas las semanas».
«Un perro limpio es un perro feliz, porque, si no está sucio, el dueño le permitirá estar más tiempo encima», señaló Ramiro. Aunque quien habla de un perro, habla de un gato. Los felinos también van, aunque no tan habitualmente, a cortarse el pelo.
«Si el gato se deja, se le puede pelar. El problema viene cuando no se deja. El gato se altera mucho más que el perro, sufre más estrés y, si le obligas, puedes provocarle un problema de salud. Pero aquí vienen muchos de razas dóciles, como los persas, que se portan mejor que algunos perros».
Perros o gatos, lo cierto es que Ramiro disfruta como nadie con su trabajo. Para que luego digan que no hay mal que por bien no venga. Eso sí, su pasión por los animales no le ha permitido dejar completamente de lado el transporte, por suerte.
Che que gos ofrece un servicio, completamente gratuito, de recogida de mascotas a domicilio. «Me encanta que los animalitos salgan contentos a recibirme para que me los lleve», terminó con una sonrisa.